Las razones por las cuales una persona puede experimentar pérdida de cabello son muy diversas, como factores genéticos, emocionales o hormonales, entre otros. De manera similar, hay varios tipos de alopecia que pueden afectar la salud del cabello de las personas, incluyendo la alopecia areata.
¿En qué consiste la alopecia areata? ¿Cuáles son sus causas? ¿Existe un tratamiento eficaz para contrarrestar sus efectos?
¿Qué es la alopecia areata?
La alopecia areata es una condición autoinmune que afecta los folículos capilares y provoca la pérdida del cabello. En este sentido, el sistema inmunológico del propio cuerpo ataca la base del pelo, lo que resulta en la aparición de áreas sin pelo. Estas áreas sin cabello pueden aparecer de manera irregular hasta que, en casos severos de alopecia areata, se extienden por todo el cuero cabelludo.
¿Cómo impacta la alopecia al cabello?
La alopecia areata, como mencionamos previamente, causa la formación de áreas sin cabello. Sin embargo, a diferencia de otros trastornos capilares, la pérdida de cabello causada por la alopecia areata no tiene ningún efecto en la apariencia de la piel, que se mantiene completamente normal. Por lo tanto, las personas que padecen alopecia areata no experimentan cambios en la piel, como enrojecimiento o inflamación.
¿Cuáles son los factores desencadenantes de la alopecia areata?
Se cree que la alopecia areata puede ser desencadenada por varios factores, aunque es importante destacar que son teorías aproximadas.
El estrés o los episodios de ansiedad pueden desencadenar la alopecia areata y causar la pérdida de cabello en las áreas afectadas. Además, problemas de salud como infecciones, enfermedad celíaca o diabetes tipo 1 también pueden ser responsables de su aparición. La exposición a sustancias tóxicas y la predisposición genética son otros factores a tener en cuenta.
Es relevante destacar, además de las causas mencionadas anteriormente, aquellas de origen autoinmune. Como mencionamos anteriormente en la definición de la alopecia areata, se cree que es una enfermedad autoinmune, por lo que enfermedades como la acumulación de linfocitos T CD4+ y CD8+ pueden interferir con el crecimiento del cabello y, posteriormente, provocar su caída.
Sin embargo, es fundamental consultar a un médico especialista al respecto. Cada persona es única y, por lo tanto, las causas de la alopecia areata pueden variar de un individuo a otro.
¿En qué consiste la alopecia areata? ¿Cuáles son sus causas? ¿Existe un tratamiento eficaz para contrarrestar sus efectos?
¿La alopecia areata es tratable?
Dada la falta de certezas sobre las causas de su aparición, no existe una cura definitiva para este tipo de trastornos capilares. Se trata de una enfermedad sin síntomas perceptibles, que solo se hace evidente cuando comienza la pérdida de cabello.
En algunos casos, los efectos pueden corregirse por sí solos, pero muchos expertos coinciden en que es posible controlar o retrasar la caída del cabello en las etapas iniciales de la enfermedad. Por lo tanto, es crucial buscar la consulta y el diagnóstico de un profesional médico.
Tratamientos para contrarrestar sus efectos
La alopecia areata es potencialmente reversible, aunque los tratamientos disponibles en la actualidad no son curativos.
En este sentido, y con el objetivo de experimentar una cierta mejoría, se pueden utilizar tratamientos dermatológicos inmunosupresores y corticoides. Además, se ha observado una ligera mejoría en aquellos pacientes que han recibido sesiones de estimulación capilar. El uso de Minoxidil, la terapia de luz y los análogos de las PGs también son opciones válidas.
Vivir con alopecia areata
Padecer alopecia areata no implica riesgos para la salud física, ni es contagiosa. En hombres con cabello corto, se pueden notar áreas sin pelo en la cabeza, mientras que en las mujeres se pueden observar folículos que se desprenden durante el peinado.
Se estima que al menos el 1% de la población sufre o ha sufrido alguna vez este tipo de trastornos, que afecta por igual a hombres y mujeres de todas las etnias. El 60% de los casos ocurre en jóvenes desde la pubertad hasta los 20 años, el 20% hasta los 40 años y el 12% a los 50 años.
Se calcula que en el 10% de los casos de alopecia areata, el cabello vuelve a crecer, aunque puede ser más fino, frágil o canoso, pero recupera su color y densidad con el tiempo. Sin embargo, la pérdida de cabello puede tener repercusiones emocionales, ya que afecta la apariencia de las personas y puede disminuir la autoestima.
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